MI DESEMPEÑO PROFESIONAL COMO DESARROLLADOR DE GRUPOS EN CENTROS EDUCATIVOS

INTRODUCCIÓN

Como estudiante de Psicología Educativa actualmente, he llegado a comprender durante todo el proceso que el desarrollo individual y colectivo dentro del ámbito educativo son fundamentales para el crecimiento integral de los estudiantes. Durante mi formación, he tenido la oportunidad de estudiar diversos conceptos y teorías relacionadas con el desarrollo grupal, y cómo estos afectan no solo el aprendizaje académico, sino también las habilidades sociales, emocionales y cognitivas de los estudiantes. El trabajo en grupo no solo facilita la adquisición de conocimiento, sino que también fomenta la cooperación, el sentido de pertenencia, el liderazgo y la empatía, características esenciales para el desarrollo personal y profesional. En el entorno educativo, los grupos permiten que los estudiantes compartan experiencias, colaboren entre sí y aprendan de las diferentes perspectivas de los demás, lo que les brinda una mejor preparación para enfrentar los desafíos del futuro. Cabe destacar que en este ciclo académico, también realizamos un trabajo donde reflexionamos sobre nuestra trayectoria desde la escuela secundaria hasta la universidad

La experiencia educativa ha influido en mi crecimiento personal, mis desafíos y logros, y este recorrido me ha preparado para asumir el papel de psicóloga escolar en un futuro, Esta reflexión me ha permitido conectar mi experiencia pasada con los conceptos estudiados en la universidad, consolidando una visión más clara sobre el papel del psicólogo en la educación y el impacto que tiene en la formación de los estudiantes.


DESARROLLO 

Conceptos y procesos estudiados. 

Durante toda la asignatura estuvimos aprendiendo sobre los grupos, un tema que al principio parecía sencillo, pero que con el tiempo fuimos entendiendo que es mucho más profundo de lo que uno cree. Un grupo no es simplemente un conjunto de personas reunidas por casualidad, sino una estructura donde cada integrante tiene un papel, una responsabilidad y una influencia sobre los demás. A lo largo del ciclo académico  fuimos viendo cómo los grupos funcionan, cómo se forman y qué elementos necesitan para lograr sus objetivos de forma organizada y saludable.

Uno de los primeros conceptos que conocí fueron las dimensiones del grupo. Estas dimensiones son como las bases que sostienen el trabajo grupal y hacen que todo fluya mejor. Entre ellas están la cohesión grupal, que tiene que ver con el grado de unión o el sentimiento de pertenencia que sienten los integrantes; la comunicación, que es esencial para que todos estén informados y se escuchen mutuamente; el liderazgo, que puede ser ejercido por una o varias personas, dependiendo del tipo de grupo; las normas, que son las reglas que se acuerdan para convivir mejor; los roles, que son las funciones que cada integrante cumple dentro del grupo; y por último, los objetivos comunes, que son las metas que todos quieren alcanzar.

Además, vimos que todo grupo pasa por diferentes etapas durante su existencia, y esto se explicó con el modelo de Tuckman. Este modelo nos mostró que los grupos no nacen funcionando bien de inmediato, sino que primero pasan por una etapa de formación donde todos se conocen y se sienten algo inseguros, luego una etapa de conflicto o tormenta, donde pueden surgir diferencias de opiniones o choques por los roles. Después viene la etapa de normalización, donde las cosas se van estabilizando, y luego la de desempeño, donde el grupo ya trabaja de manera más fluida y eficiente. Finalmente, puede llegar la etapa de disolución, cuando el grupo cumple su propósito y se separa. Entender esto nos ayudó a no desesperarnos cuando surgieron conflictos, porque vimos que son parte normal del proceso grupal.

Lo más importante fue poder experimentar este aprendizaje en la práctica. Cabe destacar  que formamos un grupo llamado "Mind Masters", y esa experiencia nos permitió aplicar los conceptos que habíamos aprendido de forma teórica. Desde el comienzo, el objetivo de nuestro grupo fue construir un buen equipo de trabajo, donde cada uno pudiera desarrollar su liderazgo, pero también valorar el rol de los demás. Queríamos que todos tuviéramos participación, que nos escucháramos mutuamente y que el ambiente fuera respetuoso y colaborativo.


En “Mind Masters”, elegimos a un líder, el cual fui yo, pero también traté de promover el liderazgo compartido, es decir, que cada persona pudiera tener momentos donde liderará según sus fortalezas. El rol del líder principal se encargaba de motivar, coordinar las tareas y asegurarse de que todos estuviéramos al tanto de lo que se debía hacer, pero nunca desde una posición de superioridad, sino desde el compañerismo. También repartió roles de acuerdo a lo que cada uno podía aportar, como quien escribía, quien investigaba, quién organizaba ideas, y quien gestiona el tiempo. Eso hizo que el grupo funcionara de forma ordenada y que cada uno se sintiera parte importante del equipo.

Uno de los logros más grandes de mi grupo fue que aprendimos a trabajar en grupo de verdad. No fue fácil, porque al principio hubo algunos desacuerdos, confusiones e integrantes que no se sentían tan integradas. Pero gracias a lo que aprendimos en clase sobre manejo de conflictos, empatía y toma de decisiones grupales, pudimos superar esas dificultades. Poco a poco, fuimos creando un ambiente más cómodo, donde todos se sentían escuchados y valorados. También aprendimos que no siempre todos piensan igual, pero eso no significa que no se pueda llegar a acuerdos.

Además, reflexionamos sobre la importancia de cada integrante, ya que sin la participación activa de todos, el grupo no avanza. En más de una ocasión nos dimos cuenta de que una idea o una opinión que parecía pequeña terminaba siendo clave para el trabajo final. Esa experiencia nos enseñó a no subestimar a nadie y a reconocer el valor del trabajo colaborativo.

Durante el proceso desarrollamos muchas habilidades que son útiles no solo en la universidad, sino en la vida personal y futura vida profesional. Por ejemplo, mejoramos la comunicación, aprendimos a organizarnos mejor, a escuchar a los demás, a ser más pacientes y a confiar en otras personas. Nos dimos cuenta de que el trabajo en grupo no es solo cumplir con una tarea, sino también crecer como personas.

Esta asignatura me permitió comprender de forma teórica y práctica cómo funcionan los grupos y cuál es su importancia en distintos contextos. Gracias a nuestra experiencia con "Mind Masters", pude vivir en carne propia los procesos grupales y entender la importancia del liderazgo, la colaboración, el respeto y la responsabilidad compartida. Nos ayudó no solo a formarnos como estudiantes, sino también a crecer como seres humanos que pueden convivir, trabajar y construir en equipo.


Significado e importancia de cada concepto o proceso para la dinámica y el desarrollo grupal.

Estos conceptos y procesos son pilares fundamentales para que un grupo funcione de manera efectiva, se desarrolle positivamente y alcance sus objetivos. Comprender su significado e importancia permite a los miembros y líderes gestionar mejor la dinámica interna y fomentar un ambiente de colaboración y crecimiento

Creer: Creer en uno mismo es el primer paso para integrarse a un grupo. Cuando las personas confían en sus capacidades, se animan a participar, aportar ideas y asumir responsabilidades. Esto favorece un ambiente grupal activo y equilibrado.

Crear: La creación dentro del grupo implica aportar ideas nuevas y buscar soluciones. Un grupo creativo es capaz de adaptarse, innovar y generar un sentido de pertenencia más fuerte entre sus integrantes también, nos permite fomentar nuevas ideas y buscar soluciones a los sucesos de nuestra vida cotidiana.

Comunicar: La comunicación clara y respetuosa es esencial para que el grupo funcione bien. Ayuda a expresar necesidades, resolver conflictos y coordinar acciones. Sin comunicación efectiva, el grupo se estanca o se fragmenta.

Compartir: Compartir experiencias, emociones y conocimientos fortalece los lazos entre los miembros del grupo. Genera confianza, solidaridad y una sensación de comunidad.

Colaborar: La colaboración permite que el grupo aproveche las habilidades de cada persona. Cuando se trabaja juntas por un objetivo común, se aprende a valorar las diferencias y se refuerza el sentido de unidad.

Contribuir: Contribuir es ir más allá de cumplir con lo propio. Es ofrecer al grupo lo mejor de cada una, con compromiso y responsabilidad. Esto hace que el grupo avance y logre sus metas.

Criticar: Criticar de forma constructiva ayuda al crecimiento grupal. Permite mejorar procesos, corregir errores y aprender. Cuando se da desde el respeto, fortalece al grupo en vez de dividirlo.

Consensuar: Nos permite tomar decisiones en conjunto. Enseña a escuchar y valorar opiniones distintas, fomentando la inclusión y el respeto dentro del grupo.

Comprometer: El compromiso da estabilidad al grupo. Cuando cada integrante se responsabiliza por el proceso y el resultado, el grupo se sostiene y progresa de forma organizada.

Cuidar: Cuidar al grupo es cuidar a sus personas. La preocupación por el bienestar emocional, físico y social de cada miembro crea un ambiente seguro, humano y propicio para el desarrollo.


En el entorno escolar, gran parte de las actividades se realizan en grupo: los estudiantes aprenden en conjunto, los docentes colaboran entre sí y muchas decisiones se toman de manera compartida. Por ello, comprender el funcionamiento de los grupos y cómo optimizarlos resulta fundamental.


Una buena gestión grupal puede:

  1. Elevar el desempeño académico.

  2. Impulsar el desarrollo emocional y social del alumnado.

  3. Reducir conflictos y fortalecer la convivencia.

  4. Reforzar la identidad, el sentido de pertenencia y la autoestima.

  5. Fomentar la equidad y la inclusión.



Qué haré con respecto a ese concepto o proceso, una vez que  esté ejerciendo como profesional de la Psicología Escolar.

Como futura psicóloga escolar, quiero apoyar el desarrollo emocional, social y académico de los estudiantes. Creo que es muy importante ayudarlos a tener confianza en sí mismos, reconocer sus logros y aprender de sus errores. Por eso, crearé espacios donde puedan reflexionar, expresar lo que sienten y fortalecer su autoestima.

También quiero fomentar la creatividad y la comunicación. Haré actividades para que los estudiantes piensen de forma original, propongan ideas y aprendan a hablar con respeto y a escuchar a los demás. Así se podrán evitar muchos conflictos y se mejorará la convivencia en la escuela.

Además, me interesa que los estudiantes aprendan a trabajar en equipo, a compartir y a colaborar. A través de proyectos grupales y solidarios, buscaré que se apoyen entre ellos, valoren las diferencias y se sientan parte de una comunidad.  enseñaré la importancia del cuidado personal y del entorno. Trabajaré con ellos para que aprendan a cuidar su salud emocional, respetar a los demás y comprometerse con su escuela. Mi objetivo será crear un ambiente sano, donde todos puedan crecer y sentirse acompañados.


CONCLUSIÓN 

Los grupos en el contexto educativo tienen una influencia significativa en el desarrollo de los estudiantes, no solo en términos académicos, sino también en su crecimiento emocional y social. A través de la interacción grupal, los estudiantes no solo aprenden a compartir y trabajar de manera colaborativa, sino que también desarrollan habilidades críticas como la empatía, el liderazgo y la resolución de conflictos. Estas habilidades son fundamentales para su formación como individuos y para su futura inserción en el mundo laboral y social.

Como futura profesional, mi responsabilidad será crear y fomentar ambientes de aprendizaje donde la colaboración y el respeto mutuo sean la base para el crecimiento y el desarrollo de los estudiantes. Aplicando los conocimientos adquiridos durante mi formación académica, mi objetivo será promover la integración de todos los estudiantes en el grupo, ayudándolos a descubrir y desarrollar su potencial a través de procesos que favorezcan su bienestar emocional y social.

Mi trayectoria personal, desde la escuela secundaria hasta la universidad, también ha sido un pilar importante en mi camino hacia la psicología. A través de este recorrido, he aprendido a superar desafíos, a reconocer mis fortalezas y debilidades, y a entender cómo mi propia experiencia educativa me prepara para ayudar a otros en su desarrollo. De esta manera, mi labor como psicóloga escolar contribuirá al fortalecimiento del grupo y a la creación de un ambiente educativo más inclusivo, positivo y enriquecedor para todos.


REFERENCIAS 


FRASE: SOMOS AQUELLO QUE DECIDIMOS SER.


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Francheska Valdez

Soy Francheska Estudiante de Psicología Escolar. Recuerden no permitir que nadie te haga dudar de quien eres porque nadie te conoce mejor que tu mismo.🫶