
Introducción.
En la vida diaria es normal que haya conflictos. Estos pueden pasar en la casa, en la escuela, en el trabajo o en cualquier lugar donde hay personas. Muchas veces los conflictos comienzan por no saber hablar bien, no escuchar al otro o por no decir lo que sentimos de forma adecuada. Cuando eso pasa, las relaciones se dañan y el ambiente se vuelve incómodo. En este ensayo voy a hablar sobre cómo los conflictos afectan nuestras relaciones con los demás y cómo los he vivido en mi tiempo como estudiante del liceo y también en mi trabajo en el hospital. Con estas experiencias he aprendido lo importante que es comunicarse bien y tratar a los demás con respeto.
Desarrollo
Desde que comencé mi camino educativo en el Liceo Emiliano Tejera hasta mi actual trabajo como auxiliar de facturación en el Hospital Pascacio Toribio Piantini, he tenido la oportunidad de observar y vivir diferentes situaciones donde la comunicación juega un papel fundamental. A veces, una simple palabra mal dicha o una actitud inadecuada pueden generar conflictos que afectan no solo a las personas involucradas, sino también a todo el grupo o ambiente en el que están. En este ensayo quiero compartir algunas de esas experiencias y cómo me han enseñado la importancia de una buena comunicación y el respeto para evitar problemas y mejorar la convivencia.
Durante mis años en el liceo, aprendí que muchas veces los conflictos surgen por falta de comunicación o por canales inadecuados. Recuerdo que cuando los profesores explicaban temas complejos, muchos estudiantes no entendíamos bien, pero no preguntábamos por miedo a que nos juzgaran. Esta falta de diálogo hacía que la frustración creciera entre los compañeros y, aunque no se decía en voz alta, había un ambiente tenso que afectaba el aprendizaje. En estos casos, las emociones se gestionaban mal porque la vergüenza o el miedo a equivocarse impedían que se buscara ayuda. Esta experiencia me mostró que la comunicación abierta y sin miedo es clave para evitar conflictos y mejorar el ambiente.
Ahora, en el hospital donde trabajo, he visto situaciones similares, pero con un impacto diferente. En mi labor como auxiliar de facturación, muchas veces estoy cerca de pacientes, enfermeras y médicos, y he notado cómo los conflictos entre ellos se originan principalmente por falta de respeto y comunicación deficiente. Por ejemplo, algunos pacientes se frustran y pueden tratar mal a las enfermeras, sin entender que ellas también hacen un trabajo importante bajo presión. Además, he visto que algunos médicos, cuando se sienten superiores, menosprecian a las enfermeras, como si no fueran parte fundamental del equipo. Esto genera un ambiente tenso, donde las enfermeras se sienten desvaloradas y esto afecta su actitud y desempeño.
Un problema grave que he observado es que muchas veces no hay una intervención externa o apoyo para resolver estos conflictos a tiempo. En ocasiones, los canales para comunicar información importante entre médicos y enfermeras son inadecuados o poco claros, y esto provoca errores o malentendidos que afectan a los pacientes. La falta de un liderazgo que medie y promueva el respeto hace que las emociones negativas crezcan y que el ambiente se vuelva tóxico. Además, las actitudes individuales como la indiferencia o la crítica sin respeto, solo empeoran la situación y desmotivan a todos.
Por otro lado, también he aprendido que manejar bien las emociones y tratar de entender al otro puede cambiar mucho las cosas. Cuando una persona escucha sin juzgar y con empatía, es más fácil resolver un conflicto y mantener un ambiente sano. En el hospital, por ejemplo, cuando un médico reconoce el trabajo de una enfermera y se comunica de forma clara y respetuosa, el equipo funciona mejor y los pacientes reciben una mejor atención.
Conclusión
Tanto en el liceo como en el hospital, he visto que los conflictos son algo natural, pero lo que realmente importa es cómo los enfrentamos. La comunicación abierta, el respeto mutuo y la intervención adecuada pueden evitar que las tensiones se conviertan en problemas grandes. Todos, desde estudiantes hasta profesionales de la salud, debemos aprender a comunicarnos mejor y a valorar el trabajo de los demás para crear ambientes más saludables y productivos. Esta experiencia me ha enseñado que mejorar la comunicación no solo ayuda a resolver conflictos, sino que también fortalece las relaciones y el bienestar de todos.
Frase: Los conflictos no siempre se evitan, pero con empatía, respeto y una buena comunicación, se pueden entender y resolver.
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